Lily Sanderson guarda un secreto, y no se trata de que tiene un flechazo con el guapísimo dios de la natación Brody Benett, que hace que su corazón lata con la rapidez de un aleteo.
El amor no correspondido es lo suficientemente duro cuando eres una adolescente normal; pero cuando eres mitad humana, mitad sirena, no existen los simples flechazos.
La identidad de Lily como sirena es un secreto del que no puede librarse; y es que ella no es una sirena cualquiera: es una princesa de Thalassinia.
Cuando Lily averiguó tres años atrás que su madre era en realidad humana, se dio cuenta de por qué nunca se sintió como en casa en Thalassinia. Desde entonces ha vivido en tierra, yendo al Instituto Seaview con la esperanza de encontrar el lugar al que realmente pertenece.
Por supuesto, la Tierra tiene sus problemas, como su detestable vecino Quince Fletcher, pero también sus ventajas: Brody. El problema es que las sirenas no son como las típicas citas; desde el momento en que se “unen”, es para toda la vida.
Cuando el intento de Lily de ganarse el amor de Brody conduce a un caso de identidad equivocada del tamaño de un tsunami, se encuentra en el maremoto de una relación dramática, y se da cuenta, tan rápido como el coletazo de una aleta, que el “felices para siempre” no navega tan suavemente como había planeado.
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